Unas 308 especies de palomas existen en el mundo y su convivencia con el ser humano llega a tal grado que se han convertido en un problema en ciudades, por la corrosión de sus defecaciones que deterioran el patrimonio artístico y arquitectónico.
El hecho paradójico es que en esta ocasión, su nombre no responde al animal que hasta tiene un significado simbólico recogido en la Biblia, la cual relata que Noé lo dejó ir desde el arca, después del Diluvio, para encontrar tierra firme, aunque regresó con una rama de olivo en el pico.
Por el contrario, ahora su denominación femenina aparece en la lista de meteoros previstos en el Atlántico, por la 0rganización Meteorológica Mundial (OMM), para la actual temporada ciclónica, del primero de junio al 30 de noviembre, con el propósito de identificar tormentas tropicales, ciclones y huracanes.
La relación incluye también a Josephine, Kyle, Laura, Rene, Rally, Teddy, Vicky y Wilfred.
Cuentan que el primer meteorólogo que uso un nombre propio (de mujer) para referirse a un huracán fue el australiano Clement Wragge, a finales del siglo XIX, y la tradición se mantuvo hasta 1953, después de abandonarse la práctica del alfabeto fonético.
Cada año, la OMM prepara un listado de nombres para la próxima campaña, con uno por cada letra del alfabeto, salvo las Q, U, X, Y, Z , debido a que son pocos los que empiezan con ellas. La relación se repite cada seis años y se cambian los títulos cuando el de un fenómeno meteorológico es eliminado.
Aunque se llamen de una u otra manera, el caso es que su efecto desolador es considerable, a pesar de que en Cuba la experiencia de 46 años de la Defensa Civil, más bien de su sistema social, preserva ante todo a la población y su economía.
Lo cierto es que son esperados y no sorprenden a nadie.
No obstante, Paloma voló sobre la región oriental cubana a menos de dos meses de que Gustav e Ike provocaran daños materiales superiores a los ocho mil millones de dólares, por lo que esos dos pueden figurar entre los más destructivo de los últimos años.
De acuerdo con las normas de la OMM, cualquier país gravemente afectado por un huracán puede solicitar que se retire ese nombre, lo que significa que no podrá ser utilizado al menos durante una década.
Cuba es un ejemplo elocuente de ello, en particular en el caso de Ike, que recuerda el diminutivo del ex presidente de Estados Unidos, Dwigh D. Eisenhower, quien en su segundo mandato, de 1956 a 1960, aprobó el Programa de Acción Encubierta para tratar de derrocar al gobierno revolucionario de la Isla. (Lino Luben Pérez / AIN)
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