(informador.com.mx)
En Acapulco, que son 58 mil 531 personas las que fueron evacuadas de sus casas, de las cuales 43 mil se ubicaron en alguno de los 554 albergues
CIUDAD DE MÉXICO (21/SEP/2013).- Las tormentas generadas en los últimos días por ''Ingrid'' y ''Manuel'' afectaron a 24 estados del país, con un saldo de 101 víctimas fatales y 68 desaparecidos, de acuerdo con el balance dado a conocer este viernes por el gobierno federal.
En el marco de la reunión de evaluación que encabezó el presidente Enrique Pena Nieto en la Base Naval de Acapulco, se informó que son 58 mil 531 personas las que fueron evacuadas de sus casas, de las cuales 43 mil se ubicaron en alguno de los 554 albergues que se distribuyen en las entidades afectadas.
El titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, afirmó que las lluvias continuarán al menos por un mes o dos más, por lo que el gobierno federal monitoreará la situación para prevenir a los ciudadanos.
El funcionario federal detalló que se cuenta con 927 centros de acopio en todo el país y la ayuda ha comenzado a ser distribuida.
A Guerrero, aseguró, han llegado 662 toneladas de apoyo.
Además, se informó que el próximo domingo el aeropuerto internacional de Acapulco quedará listo para su operación y que entre Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Chiapas, Veracruz y Sinaloa hay 72 carreteras dañadas.
La Pintada está de luto, ya sólo buscan cuerpos
A las 15:40 del 16 de septiembre se escuchó la tierra rugir. El cerro se partió y en un instante La Pintada, dejó de existir.
Los pobladores estaban de fiesta vigilaban la creciente del río y no le pusieron atención al cerro más cercano, el que creían el más seguro... se desgajó y en unos segundos sepultó 85% del pueblo.
Han pasado 96 horas desde el accidente. Amanece, conforme pasan las horas comienza a oler a muerte. Sólo un destacamento de 50 soldados, pertenecientes a la 13 Compañía de Infantería, armados de palas y picos mueven la tierra.
Rescatistas de las Fuerzas Federales de la Secretaría de Gobernación advierten que sólo recuperarán cuerpos, que no hay posibilidad de sacar a nadie con vida. No para de llover.
Hace frío. La mayoría de los sobrevivientes ha sido evacuada por el gobierno federal. Algunos se quedaron y han instalado campamentos en las partes altas, a las afueras del pueblo. Los helicópteros han dejado de volar.
Con el paso de los días La Pintada, el segundo pueblo más importante de la zona cafetalera de Atoyac, se ha convertido en pueblo fantasma. Los perros esperan en la puerta el regreso de sus amos. Hay aves de corral, caballos y burros deambulando por las calles.
Desde tierra segura se aprecia el cerro partido en uno de sus costados, que el deslave se dio dos veces, que pareciera un largo llano de color rojo, sólo se ve la torre de la iglesia sobre un montón de barro.
No se ve una sola casa de las 70 que, dicen, había aquí. Apolinar Espinosa narra: “Se escuchó un tronido, luego todo se quedó en silencio. Se escucharon lamentos por unos minutos y luego nada”.
Pasó en unos segundos. En ese momento todo estaba listo para que el pueblo se sentará a comer pozole, allá, en el kiosco.
Familias caminaban por el centro de este pueblo, había gente en las tiendas. Los pobladores habían recibido visitas para festejar el Grito de Independencia, algunos aún dormían. Se les fue la vida en un instante.
Los primeros en llegar en auxilio fueron los vecinos, pero no pudieron hacer nada. Hasta el martes arribaron los primeros rescatistas de las Fuerzas Federales de la Policía Federal, horas después personal del Ejército Mexicano, la 13 Compañía de Infantería de la 27 Región Militar.
La fiesta se volvió tragedia
Pero la ayuda federal para comunidad de La Pintada representa sólo 210 elementos. Aquí, según los vecinos, había 70 familias y las visitas que recibieron para la fiesta, más de 100 personas, todos habrían quedado sepultados.
El centro de La Pintada, la zona comercial, la iglesia, decenas de casas y la clínica fueron sepultadas por el alud.
La Pintada está en silencio. Rescatistas de las Fuerzas Federales de la Policía Federal aceptan: “Ya no habrá labores de salvamento, sólo recuperación de cuerpos”.
La ayuda falta para esta región. La única forma de llegar es a través de un helicóptero en sobrevuelo de 25 minutos desde Acapulco o a pie, con mas de 12 horas de camino.
Desde Acapulco la carretera se corta en Coyuca. Aquí los dos puentes, de casi dos kilómetros de largo, están colapsados. Huele a animales muertos.
Tras cruzar en un pequeño bote un brazo del río se aborda un vehículo que lleva a Atoyac. El transporte público es escaso, hay que subir a pie o en camiones de ayuda.
Son 40 kilómetros hasta Paraíso, pero hay más de 20 deslaves. No deja de llover. Desde el útimo corte hay que caminar tres horas a un Paraíso que está destrozado.
Francisco Gómez, su esposa Gloria y su hija Magaly ofrecen comida caliente a tres periodistas.
Llueve con fuerza. El siguiente tramo es de otras tres horas, por brechas y carretera rota. El Ejército con equipo pesado no puede llegar. La Pintada, de la Costa Grande ha desaparecido.
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