lunes, 14 de enero de 2013

Tornado que azotó a San Justo: 40 años después



Un fenómeno devastador que provocó 50 muertes, más de 500 heridos e innumerables daños materiales. En el acto que se llevó a cabo este jueves, se inauguró inauguró el monolito “Un alto por la identidad y la memoria".

Desolación. Esta tragedia dejó medio centenar de muertos, varios heridos y una ciudad que debió reconstruirse. Foto: Archivo El Litoral

Carlos A. Yesciani
region@ellitoral.com
Tomado de: http://www.ellitoral.com

El jueves asado se cumplieron 40 años del fenómeno climático que conmocionó a San Justo. Aquel 10 de enero de 1973, cuando un tornado arrasó gran parte de la población dejando como saldo medio centenar de muertos y una ciudad por reconstruir.

Las crónicas periodísticas de ese año revelaban la desesperación de las horas inmediatas a la tragedia y el panorama desolador que se vivía en esta ciudad y que era muy difícil definir con palabras. “El área devastada ofrecía (al día siguiente del tornado) la imagen que debe ser común a los centros urbanos sometidos a un bombardeo, con la salvedad de que aquí fue la fuerza de la naturaleza y no la inconsciencia de los hombres la que sembró muerte y desolación”, decía la crónica de ese momento.

A 40 años de este hecho lamentable, la Municipalidad de San Justo junto a la comisión Pro Monumento Tornado 73 -constituida por instituciones de la ciudad- organizaron un acto en conmemoración al aniversario de este fenómeno que azotó a San Justo. Se realizará mañana, a las 20, en la intersección de 1 º de Mayo y bulevar Roque Sáenz Peña, donde está previsto inaugurar un monumento en conmemoración a esta fecha.

El monolito llamado “Un alto por la identidad y la memoria’’ es un proyecto presentado por la Lic. María de los Ángeles Alemandi y aprobado por el Honorable Concejo Municipal, mediante ordenanza 2.128/2007, con diseño de las profesoras Mariana Bejarano y Nancy Taricco; y la conducción técnica de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos del municipio a cargo de la Arq. Ana Clara Ludueña.

En ese sentido, la coordinadora de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad local e integrante de la Comisión Pro Monumento, Liliana Sacco, señaló: “Un familiar de cada persona fallecida podrá escribir en el cemento de la fuente, de puño y letra, el nombre de su ser querido desaparecido, a modo de homenaje’’.

“Este referente - agregó Liliana Sacco- busca no sólo recuperar la memoria colectiva, silenciada tantos años por el dolor sino rendir merecido homenaje a las víctimas fatales, pero además rescatar el estoicismo que animara a las numerosas familias afectadas y el espíritu solidario de la población, que permitieron el resurgimiento, siendo en la actualidad uno de los barrios más bellos’’.

Emparentada con la vida misma, esta escultura será testigo de un pasado trágico que “nos constituye, pero a la vez nos permitirá ir en búsqueda de las respuestas acerca de nuestra identidad, convirtiéndose en un hito histórico para las actuales y futuras generaciones de sanjustinos y en un punto de encuentro y sanación para quienes lo vivieron y aún tienen lágrimas por llorar y palabras por nombrar’’, puntualizó Sacco.

Con anterioridad a este acto, a las 10 de la mañana se oficiará una misa por el eterno descanso de los fallecidos en la parroquia Nuestra Señora de la Merced, ubicada en el centro de la ciudad.

El saldo de la tragedia

Aproximadamente, fueron 50 los muertos rescatados de los escombros, a los que se les sumaron más de 500 heridos.

El resto del pueblo, que sobrevivió a ese inusual ensañamiento de la naturaleza, colaboraba con albergues para las 1.500 personas que quedaron sin viviendas.

Bomberos, obreros, policías, soldados y médicos venidos de todas partes trabajaron en la labor de remoción de escombros en busca del hálito de vida, seguidos por la azorada mirada de quienes trataban de escrutar, entre los restos de sus viviendas, la razón de lo que no puede tener explicación.

Mientras, comenzaban a llegar ayuda alimentaria y material para los damnificados, ofrecidos por el gobierno nacional y de distintas provincias que se solidarizaron con los pobladores sanjustinos.

Ese fatídico día, el cielo comenzó a oscurecerse rápidamente, y a las 14.15 exactamente empezó a soplar el fuerte viento con ráfagas que alcanzaron una velocidad de 400 kilómetros por hora, según los expertos en climatología, remarcó en aquella oportunidad el periodista del diario El Litoral que cubrió el suceso.

El tornado tomó como eje unas dos cuadras paralelas al bulevar Roque Sáenz Peña que cruza la ciudad de norte a sur y se extendió por espacio de casi un kilómetro. Allí la naturaleza descargó toda su ira.

Homenaje. Los obreros terminan los detalles del monumento, ubicado en la intersección de 1º de Mayo y bulevar Roque Sáenz Peña. Foto: Agencia San Justo

La reconstrucción

Luego de este fenómeno meteorológico, la zona afectada fue reconstruida y hoy el bulevar Roque Sáenz Peña, que fue el eje del tornado, es uno de los lugares más pintorescos y con muy buenas edificaciones de la ciudad, un espacio muy aprovechado para salir a pasear, caminar. Además cuenta con una hermosa arboleda. Sin embargo, después de cuatro décadas son testigo de la fuerza de voluntad de los habitantes, quienes supieron reconstruir, desde el dolor, sus vidas y la ciudad que los vio nacer.