Según expertos en el tema, el aumento en el número de estos fenómenos se debe al incremento en la temperatura de los océanos a nivel mundial.
La temporada de huracanes en el Atlántico, que comenzó oficialmente el 1 de junio y finalizará el 30 de noviembre, podría tener una actividad promedio de entre 9 y 15 tormentas tropicales y la persistencia del fenómeno “El Niño” sería el atenuante para que sea una temporada “cerca” del promedio de entre 4 y 8 huracanes, de los cuales entre 2 y 4 serían de categoría mayor, según lo anunciado por la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA), hace algo más de una semana.
Según consigna el sitio Telemundo, la probabilidad de que la temporada sea de cerca del promedio normal alcanza el 40%, detalló la NOAA en una conferencia de prensa telefónica encabezada por el secretario de Comercio de EE.UU., Wilbur Ross, al subrayar que sus proyecciones están respaldadas con un “70% de confianza”.
Hay que recordar que antes del inicio formal de la temporada ya se formó cerca de las Bermudas la primera tormenta tropical (“Andrea”), de este año.
En este 2019 los fenómenos naturales llevarán los siguientes nombres: “Andrea”, “Barry”, “Chantal”, “Dorian”, “Fernand”, “Gabrielle”, “Humberto”, “Imelda”, “Jerry”, “Karen”, “Lorenzo”, “Melissa”, “Néstor”, “Olga”, “Pablo”, “Rebekah”, “Sebastien”, “Tanya”, “Van” y “Wendy”.
Algunas de las recomendaciones de Protección Civil son proteger vidrios con cintas adhesivas en forma de cruz, limpiar azoteas, desagües, canales y coladeras, almacenar alimentos y agua potable, además de tener siempre a la mano artículos de emergencia como lámparas y radios.
Un huracán se puede definir como tal cuando alcanza vientos sostenidos de 120 kilómetros por hora o más, según el Servicio Meteorológico de Estados Unidos. Y la escala en que se miden estos fenómenos es la Saffir-Simpson, la cual estima el daño potencial que podría producir el huracán y va de las categorías 1 a 5.
El 2018 estuvo marcado por los huracanes Michael y Florence, de categoría cuatro y cinco, respectivamente, y que afectaron especialmente a EE.UU., donde dejaron decenas de muertes y pérdidas millonarias.
Trayectoria de los huracanes que azotan al mar Caribe. Desvastadores Huracanes que nunca serán olvidados.
domingo, 9 de junio de 2019
jueves, 21 de febrero de 2019
Nueva York devolverá millones de dólares por emitir facturas falsas del huracán Sandy
El Gobierno de EEUU acusó a la ciudad de Nueva York de obtener fondos de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias “alegando falsamente que numerosos vehículos” del servicio municipal quedaron dañados por Sandy.
Nueva York ha acordado devolver 5.3 millones a la Justicia estadounidense por emitir facturas falsas para recibir indemnizaciones federales en concepto de vehículos dañados por el huracán Sandy en 2012, anunció este jueves la Fiscalía de Manhattan.
El Gobierno de EE.UU. acusó a la ciudad de obtener fondos de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) “alegando falsamente que numerosos vehículos” del servicio municipal quedaron dañados por Sandy, y junto a la demanda propuso un acuerdo para cerrar el caso.
“Bajo el acuerdo propuesto, la ciudad accedió a pagar y devolver a EE.UU. un total de 5,3 millones de dólares y admitió la conducta de la que se le acusa en la demanda del Gobierno, como buscar reembolsos de FEMA para vehículos que no fueron dañados por Sandy”, desgrana la Fiscalía.
Concretamente, Nueva York pagará en efectivo 4,1 millones y renunciará a sus derechos para recibir casi 1,2 millones que la agencia federal había accedido a desembolsar.
De acuerdo a la demanda, el departamento municipal de transportes envió a FEMA una lista de vehículos dañados por el huracán, pero quienes la habían elaborado no recibieron la formación requerida “ni se esforzaron en inspeccionar” la flota y determinar si los daños se debían a Sandy, ya que muchos vehículos ya estaban inutilizables.
En 2014, basándose en esa “lista incorrecta”, Nueva York solicitó una indemnización que cubría la sustitución de 132 vehículos y “atestiguó falsamente” que incurrió en esos costes como resultado directo del huracán, por lo que la agencia federal le pagó un montante “al que no tenía derecho”.
A raíz del acuerdo con la Justicia, la ciudad ha admitido que el comisario del departamento municipal que firmó el certificado para FEMA no tenía suficiente conocimiento para determinar cómo y cuándo habían quedado dañados los vehículos, ni dirigió o encargó una investigación previa de su estado.
Nueva York concede que en la lista había automóviles no afectados por el huracán que ya estaban inutilizables antes de la catástrofe meteorológica, y pese a que un empleado notificó al comisario de que no eran elegibles para la indemnización, la ciudad no notificó a FEMA hasta que supo sobre la investigación de la Fiscalía.
El fiscal de Manhattan, Geoffrey S. Berman, afirma en la nota que “cuando la gente miente al FEMA sobre las causas de los daños en su propiedad para quedarse con la ganancia, eso pone en peligro su capacidad de dar asistencia financiera a víctimas legítimas de desastres”.
El acuerdo para cerrar la demanda entre la Justicia federal y la ciudad de Nueva York está sujeto a revisión y aprobación por parte del tribunal del distrito, añadió la Fiscalía.
Nueva York ha acordado devolver 5.3 millones a la Justicia estadounidense por emitir facturas falsas para recibir indemnizaciones federales en concepto de vehículos dañados por el huracán Sandy en 2012, anunció este jueves la Fiscalía de Manhattan.
El Gobierno de EE.UU. acusó a la ciudad de obtener fondos de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) “alegando falsamente que numerosos vehículos” del servicio municipal quedaron dañados por Sandy, y junto a la demanda propuso un acuerdo para cerrar el caso.
“Bajo el acuerdo propuesto, la ciudad accedió a pagar y devolver a EE.UU. un total de 5,3 millones de dólares y admitió la conducta de la que se le acusa en la demanda del Gobierno, como buscar reembolsos de FEMA para vehículos que no fueron dañados por Sandy”, desgrana la Fiscalía.
Concretamente, Nueva York pagará en efectivo 4,1 millones y renunciará a sus derechos para recibir casi 1,2 millones que la agencia federal había accedido a desembolsar.
De acuerdo a la demanda, el departamento municipal de transportes envió a FEMA una lista de vehículos dañados por el huracán, pero quienes la habían elaborado no recibieron la formación requerida “ni se esforzaron en inspeccionar” la flota y determinar si los daños se debían a Sandy, ya que muchos vehículos ya estaban inutilizables.
En 2014, basándose en esa “lista incorrecta”, Nueva York solicitó una indemnización que cubría la sustitución de 132 vehículos y “atestiguó falsamente” que incurrió en esos costes como resultado directo del huracán, por lo que la agencia federal le pagó un montante “al que no tenía derecho”.
A raíz del acuerdo con la Justicia, la ciudad ha admitido que el comisario del departamento municipal que firmó el certificado para FEMA no tenía suficiente conocimiento para determinar cómo y cuándo habían quedado dañados los vehículos, ni dirigió o encargó una investigación previa de su estado.
Nueva York concede que en la lista había automóviles no afectados por el huracán que ya estaban inutilizables antes de la catástrofe meteorológica, y pese a que un empleado notificó al comisario de que no eran elegibles para la indemnización, la ciudad no notificó a FEMA hasta que supo sobre la investigación de la Fiscalía.
El fiscal de Manhattan, Geoffrey S. Berman, afirma en la nota que “cuando la gente miente al FEMA sobre las causas de los daños en su propiedad para quedarse con la ganancia, eso pone en peligro su capacidad de dar asistencia financiera a víctimas legítimas de desastres”.
El acuerdo para cerrar la demanda entre la Justicia federal y la ciudad de Nueva York está sujeto a revisión y aprobación por parte del tribunal del distrito, añadió la Fiscalía.
domingo, 17 de febrero de 2019
El Mediterráneo sufrirá a finales de siglo ciclones similares a huracanes
Los fenómenos durarán más tiempo, con vientos más fuertes y más lluvia, especialmente en otoño
Los ciclones en el Mediterráneo podrían afectar a la región con un poder cada vez mayor a fines del siglo XXI, aumentando su fortaleza hasta el nivel de un huracán de categoría 1.
Aunque se predice que los ciclones mediterráneos de tipo tropical, conocidos como 'medicanes' serán menos frecuentes en el futuro, desarrollarán una estructura más robusta de huracán y durarán más, con vientos más altos y más lluvia, según el nuevo estudio.
La nueva investigación, publicada en Geophysical Research Letters, predice que el cambio en las tormentas comenzará a surgir a finales de siglo, desde 2081 hasta 2100, y las tormentas más fuertes aparecerán en otoño.
Los 'medicanes' surgen en el Mediterráneo cuando un ciclón extratropical incursiona en la cuenca del mar y se transforma en una tormenta más similar a un ciclón tropical, con una estructura simétrica y nubes convectivas que giran alrededor de un núcleo cálido y un centro similar a un ojo.
Los ciclones extratropicales son impulsados por los contrastes de temperatura en el frente de la tormenta y son más fuertes en la tropopausa, a unos 12 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. En contraste, los vientos más fuertes de los ciclones tropicales están en la superficie, lo que a menudo puede ser más dañino. Los ciclones tropicales se llaman huracanes en el Atlántico y tifones en el Pacífico al oeste de la Línea de Fecha Internacional.
Actualmente, los 'medicanes' de intensidad de depresión tropical o más fuertes ocurren unas pocas veces al año, pero rara vez alcanzan la fuerza de un huracán de categoría 1. Las depresiones tropicales tienen una velocidad máxima de viento de 63 kilómetros (39 millas) por hora.
"En su etapa de madurez, los 'medicanes' son similares a los huracanes en el Caribe", dijo Juan J. González-Alemán, investigador de la Universidad de Castilla-La Mancha en Toledo y autor principal del nuevo estudio. "Incluso en un escenario de clima intermedio, es probable que veamos una menor frecuencia de estas tormentas, pero cuando ocurran, tendrán una mayor probabilidad de alcanzar la categoría 1".
Otros estudios han pronosticado un aumento en la intensidad de las tormentas en el Mediterráneo con el cambio climático, pero el nuevo estudio es el primero en utilizar un modelo acoplado global, que combina modelos atmosféricos y de circulación oceánica. La inclusión de los procesos oceánicos en el modelo es importante para una representación realista de los 'medicanes', dijo González. El nuevo modelo es más robusto y aborda los índices de intensidad de precipitación, tropicalidad y disipación de potencia de tormentas futuras, según González.
La tropicalidad es un indicador de cómo es la estructura de tormenta del huracán, y la disipación de poder describe su potencial de destrucción. El nuevo estudio predice que la tropicalidad y la disipación de energía aumentarán en magnitud en el próximo siglo. El modelo no pudo descartar la posibilidad de que las tormentas alcancen la fuerza de la categoría 2, aunque el hallazgo principal es para tormentas fuertes de la categoría 1, dijo González.
Un impacto mayor
Una tormenta tropical se convierte en un huracán de categoría 1 cuando los vientos sostenidos superan los 119 kilómetros (74 millas) por hora y una categoría 2 a 154 kilómetros (96 millas) por hora.
"El Mar Mediterráneo está sobrepoblado, por lo que, aunque son más pequeños que los huracanes del Caribe, el impacto en la sociedad de los 'medicanes' puede ser peor. Tienen una alta probabilidad de afectar a las personas y los intereses sociales", dijo González.
Tomado de: www.diarioinformacion.com
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